Desde pequeña nunca me gustó comer carne, pasaron los años y siempre me orienté más hacia una alimentación vegetariana, por lo que crecí todos los días con los mismos cuestionamientos: -«¿Qué comes?, ¿por qué comes así?, ¿estás a dieta?, ¡te enfermarás!, haces ejercicio y no comes proteína: no lograrás nada.
Al viajar y conocer otras culturas, solía presentarme casi evadiendo el tema de la alimentación para evitar el interrogatorio; cuál fue mi sorpresa que me encontré con un mundo abierto a la común diferencia y me permitió darme cuenta que no eres raro por querer alimentarte sanamente, que el hecho de que tu estilo de vida sea saludable es una virtud y una oportunidad para buscar la manera de que aquellos que se sorprenden sean contagiados con tu estilo, en lugar de aislarte.
Y ahí estaba yo, rumbo a una cena de navidad más, pensando si este año tendría que explicar nuevamente lo mismo, pero de pronto recordé que mi alimentación no me hacía ni especial ni mucho menos rara; que el hecho de que en los lugares que crecimos sean más tradicionales y el que una persona tenga gustos distintos les sorprenda, no es algo que deba preocuparnos o estresarnos por dar una explicación que no se necesita.
Esta Navidad, un año después de que conocí la trofología, la pasaré con mi familia pero en esta ocasión no pretendo ser la rara, esta vez pienso que prepararé un hummus de garbanzo, con un par de germinados de lenteja y algunos mas de verdes, cenaré rico y llevaré más, pues pienso compartirles y que vean que mi alimentación es más deliciosa de lo que ellos creen y, en una de esas, me permitan explicar un poco los beneficios y quizás logre que alguno de ellos inicie esta aventura de energía y salud.
Por eso hoy te invitamos a que no te sientas raro por querer comer diferente; más bien agradece esta virtud y mira todo su potencial. Muchas veces soñamos con cambiar al mundo y creemos que es algo muy difícil de lograr, cuando en realidad esta es nuestra oportunidad de iniciar con nosotros y expandirlo a quienes nos rodean, recuerda que no eres ni raro ni especial, solo eres un ser humano único que se atrevió a mirarse y mirar a los demás de una forma íntegra.
Por: Dolores Orrantia
Colegio Mexicano de Trofología
Diciembre, 2018
